El Viernes Santo es el día de pasión y muerte del Señor como signo exterior de nuestra participación en su sacrificio en la oración.
A continuación te dejamos la oración para el Viernes Santo:
Ante ti, oh cruz, aprendo lo que el mundo me esconde: que la vida, sin sacrificio, no tiene valor y que la sabiduría, sin tu ciencia, es incompleta Eres, oh cruz, un libro en el que siempre se encuentra una sólida respuesta.
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Eres fortaleza que invita a seguir adelante a sacar pecho ante situaciones inciertas y a ofrecer, el hombro y el rostro, por una humanidad mendiga y necesitada de amor.
Ahí te vemos, oh Cristo, abierto en tu costado y derramando, hasta el último instante, sangre de tu sangre hasta la última gota.
Para que nunca a este mundo que vivimos nos falte una transfusión de tu gracia un hálito de tu ternura de tu presencia una palabra que nos incite a levantar nuestra cabeza hacia lo alto.
En ti, oh cruz, contemplamos la humildad en extremo la obediencia y el silencio confiado la fortaleza y la paciencia del Siervo doliente.
También la comprensión de aquel que es incomprendido el perdón de Aquel que es ajusticiado.
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En ti, oh cruz, el misterio es iluminado aunque, en ti, Jesús siga siendo un misterio.