La artritis reumatoide deja a millones de personas sin trabajo, lo que les afecta la vida social, provocando una crisis emocional.
La más reciente investigación de percepciones en pacientes con artritis reumatoide, realizada por KRC Research: “La AR Importa”, reveló los aspectos que más impactan la calidad de vida de los pacientes con esta enfermedad en las relaciones personales, en el trabajo, sus aspiraciones y las actividades cotidianas.
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La falta de comprensión acerca de la AR, por parte de la sociedad, es un factor que influye dramáticamente en su bienestar.
Más del 50% de ellos mencionó sentirse incomprendido en cuanto a su lucha constante por controlarla.
Cerca de 500 pacientes colombianos participaron en esta encuesta.

Contrario a lo que podría pensarse, la mayoría de ellos afirmó que la AR tiene más efectos positivos, que negativos en el primer ámbito correspondiente a las relaciones personales.
Sin embargo, con relación al impacto negativo, el 23% se siente excluido de los eventos familiares, el 13% no se siente en capacidad para interactuar con niños y el 27% considera que su condición afecta negativamente la intimidad con su cónyuge o pareja.
Artritis reumatoide y su efecto
María Mercedes Rueda, presidente del capítulo Bogotá de la Fundación Colombiana de Apoyo al Reumático -Fundare-, explica que esta enfermedad es:
- Crónica
- Autoinmune
- Genera dolor
- Rigidez
- Deterioro en las articulaciones
“Su principal implicación es la inflamación de la membrana que cubre y protege los cartílagos de nuestras articulaciones, provocando, no solamente dolor, pérdida de movilidad, hinchazón y rigidez, sino también puede causar efectos como erosión ósea, lo que conduce a las deformidades de las articulaciones”, asegura la experta.
Generalmente, las articulaciones que más se comprometen en esta enfermedad son:
- Manos
- Codos
- Hombros
- Cuello
- Rodillas
- Pies.

Entre sus principales signos de alarma están la rigidez matinal, la fatiga, falta de energía y fuerza, fiebre, cansancio y pérdida de peso sin causa evidente.
La artritis reumatoide deja a millones de personas sin trabajo, esto sucede porque es considerada una enfermedad sistémica.
Dado que compromete otros órganos, en algunos casos, y genera manifestaciones extra-articulares como anemia, nódulos en los codos y manos, problemas oculares, vasculitis (alteraciones en la piel con brotes y úlceras), serositis (inflamación de las membranas que recubren el pulmón y el corazón) y osteoporosis (cuando los huesos pierden calcio o se vuelven frágiles, aumentando la posibilidad de fracturarse).
El trabajo y la enfermedad
La calidad de vida de los pacientes con AR está estrechamente relacionada con las condiciones de esta enfermedad.
Actividades como el ejercicio, el aseo del hogar, la intimidad, la higiene personal resultan ser de alta complejidad, lo cual les genera ansiedad y estrés emocional.
Según el estudio en mención, al 49% de las personas con artritis reumatoide se les dificulta practicar cualquier ejercicio, mientras que el 44% no puede realizar con totalidad los oficios del hogar.
A escala nacional, cuatro de cada 10 pacientes con AR han tenido que abandonar su carrera profesional, o avanzar lentamente hacia su realización profesional; puesto que, debido a los síntomas de la enfermedad, ellos se enfrentan a barreras que les impiden realizar sus labores.

De acuerdo con la investigación en mención, los obstáculos más comunes para el paciente en el lugar del trabajo son la dificultad para usar las manos (62%), seguido por el dolor (46%) y ansiedad por no poder completar sus actividades (40%).
La enfermedad y su estudio
“La educación de pacientes, familiares y cuidadores es muy importante, para conocer la enfermedad y saber el manejo adecuado para esta. La falta de comprensión es una barrera importante para estas personas, lo que complica la carga física e impide que ellos trabajen, comprometiendo las relaciones cercanas y obstaculizando, incluso, las actividades diarias más básicas; un tercio de los pacientes empleados siente que en su trabajo no reciben apoyo suficiente”, afirma Rueda.
Asimismo, el estudio en mención encontró que al 68% de los pacientes le gustaría poder aceptar su vida con AR, siendo esta la causa de una baja capacidad para alcanzar muchos sueños; así, el 86% de ellos anhela tomar unas vacaciones, sin importar su condición de salud.
“Para lograr una mejor aceptación de la enfermedad, es clave contar con un equipo de profesionales interdisciplinario, que ayude al paciente con la comprensión de la enfermedad y la adherencia al tratamiento integral, por ende, a mejorar su calidad de vida. Para llegar a este punto, el empoderamiento del paciente es fundamental, puesto que contribuye con su compromiso para luchar contra la AR; proceso en el que la información que le es suministrada es vital”, agrega María Mercedes Rueda.
La representante de Fundare Bogotá advierte que el diagnóstico oportuno también asegura un mejor pronóstico de calidad de vida para quienes padecen AR.
Este se logra gracias a la consulta con el médico, quien realizará la historia clínica del paciente y le pedirá que explique sus síntomas.
Después le hará un examen físico, poniendo especial atención en las articulaciones afectadas. Además, pedirá algunas pruebas de laboratorio.
El riesgo de la discapacidad
Según el Ministerio de Salud y Protección Social de Colombia, el diagnóstico y tratamiento oportunos mejoran la calidad de vida, la funcionalidad, el desempeño laboral social y el riesgo de generar la discapacidad en los pacientes con AR.
La AR es más habitual en personas mayores, entre los 30 y 60 años, y la padecen más las mujeres; puesto que es tres veces más frecuente en ellas que en los hombres.
De igual forma, la enfermedad se presenta en todos los grupos étnicos y en todas partes del mundo.
La ciencia aún no ha descubierto la causa precisa para que se origine; sin embargo, varios factores intervienen en su aparición, como los genéticos -herencia de la tendencia a desarrollarla-, el estrés y las crisis emocionales -en algunos casos-, y el tabaquismo.

La artritis reumatoide deja a millones de personas sin trabajo y se caracteriza por la intervención de factores genéticos, ambientales, étnicos, geográficos y nutricionales, que interaccionan y llevan al desarrollo de una reacción autoinmunitaria en el organismo; no obstante, algunos estudios han demostrado que cerca del 60% de la variabilidad para padecer la patología es heredada, teniendo en cuenta que el riesgo de la población de desarrollar artritis es de aproximadamente el 1%.
El tratamiento de la artritis reumatoide
No obstante, gracias al tratamiento integral y el compromiso del paciente con su propia salud, la AR puede ser controlada.
Este no solo incluye terapias farmacológicas, sino también se acompaña de otras medidas como rehabilitación (manejo del dolor y función de las articulaciones comprometidas), nutrición adecuada, apoyo psicológico durante el proceso de reconocimiento y adaptación a la patología, entre otros.
Se estima que cerca del 15% de las personas que padecen de artritis puede presentar remisión (cese de la actividad inflamatoria) tempranamente.
Finalmente, es importante mencionar que la actitud del paciente determina en gran parte el curso y pronóstico de la enfermedad.
Por esto, es importante trabajar continuamente y con entusiasmo sobre los factores que intervienen en el complejo proceso de recuperar la salud.
